La Semana 
Santa es sin dudas el momento perfecto para visitar Elche y descubrir por qué es tan especial esta festividad para los ilicitanos y por qué sorprende tanto a los turistas.
Las celebraciones comienzan el domingo de ramos, que desde 1997 es fiesta de interés turístico internacional, lo que avala su singularidad.
En este día destaca principalmente la procesión de las palmas, tradición que aparece ya en algunos documentos del siglo XIV, en la cual las calles del casco antiguo se inundan de una marea de palmas blancas. Estas palmas proceden tanto de los huertos de palmeras ilicitanos destinados al cultivo exclusivo para este fin, como del famoso Palmeral de Elche, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Las palmas se elaboran de forma artesanal siguiendo la tradición, que va pasando de generación en generación. pueden tener distintos tamaños (pueden ir de 5cm a 3,7m de altura) y diseños (lisos o trenzados), y según el grado de elaboración pueden ser muy sencillas o auténticas obras de arte dignas de un museo.
La procesión, que este año se celebra el 9 de abril, conmemora la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén y cuenta siempre con una gran participación.
Primero, a las 10:45 se bendicen las palmas en el Paseo de la Estación y a continuación efectúa su salida la procesión de Jesús Triunfante, seguida de miles de personas que portan las palmas. A las 13:00 aproximadamente finaliza la procesión y se celebra una misa en la basílica de Santa María.
La particularidad y tradición de esta festividad es lo que hace tan interesante visitar la ciudad en estas fechas. Es una cita indispensable tanto para los creyentes como para los amantes de la cultura, la historia y el arte, y que es necesario vivir de cerca para disfrutar de verdad de su esencia.